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Timina

El lado oscuro de la oxitocina

Actualizado: 23 abr 2021


Muchos habréis oído hablar de las llamadas “hormonas del amor”, las cuales tomaron un rol importante en un post previo: “Acampando en el cerebro”. De ellas, una de las más destacadas es la oxitocina, la hormona de los mimos, de la empatía, la hormona que mágicamente te hace una persona de mayor confianza, más leal y saca todo lo bueno que llevas dentro. Esta hormona está también muy presente durante el embarazo de una mujer y, por consiguiente, tiene un gran papel en el vínculo madre/hijos y en la maternidad. Pero no pienses que solo afecta al vínculo materno/hijo. En el caso de los hombres, al percibir la oxitocina liberada por una mujer durante y después del embarazo se aumentan los niveles de vasopresina, que tiene el mismo efectos de vínculo afectivo en la paternidad.

En muchos estudios se ha visto que otros animales monógamos usan la liberación de oxitocina para reforzar el vínculo de la pareja. Incluso solo inhalando más oxitocina de manera externa vamos a poder confiar más en nuestros compañeros, empatizar con los demás, ser más caritativos, mejores escuchando. Todo el mundo mejoraría con oxitocina, ¿no? Pues, como todo en esta vida, no es tan simple; y el mundo no es blanco o negro.


Los efectos directos de la oxitocina no siempre van a ser totalmente beneficiosos. En línea con su aumento de vínculos afectivos, la oxitocina disminuye el miedo y la ansiedad del sujeto, creando una sensación de calma. Suena bien, ¿verdad?; sin embargo, muchas veces sentimos miedo para protegernos y tenerlo suprimido puede suponer un problema.


También se ha visto en diferentes estudios sociales como la oxitocina aumenta la confianza en los demás. En juegos económicos, por ejemplo, aquellas personas que inhalaban oxitocina se fiaban más de los demás participantes, aunque estos tuviesen comportamientos dudosos. Por lo tanto, la oxicitocina les suprimía la sospecha de traición y, dicho de otra manera, los volvía totalmente incautos e ingenuos.


Pero esto no acaba aquí, la oxitocina activa un ciclo de retroalimentación positiva. Cuanto más prosociales seamos, más oxitocina liberamos; y cuanta más oxitocina, más querremos comportarnos de esta manera. Claro que, este comportamiento no viene sin sus contingencias. Los humanos somos mucho más complicados y no podemos simplemente darnos un chute de oxitocina y volvernos buenos por arte de magia.


Ya hemos hablado de los efectos calmantes de la oxitocina, pero un factor importante es el sexo. La oxitocina tiene un efecto calmante mucho mayor en hombres que en mujeres. Los efectos de la oxitocina pueden llegar a ser tan extremos en los dos sexos que hasta puede aumentar la agresividad en mujeres, como defensa para sus hijos. Evolutivamente tiene sentido que los sentimientos de maternidad vengan ligados con una fuerte protección.


Y aunque hemos hablado de caridad y bondad, se ha visto que solo se vuelven más caritativos personas que ya lo eran, y los aumentos de bondad van a verse afectados por factores personales o culturales.


En varios estudios sociales se vio como la oxitocina ayudaba a la cooperación en juegos, pero cuando se jugaba con personas anónimas o que se encontraban en otro lugar, la cooperación disminuía y aumentaba la envidia y el regodearse. También en otros juegos, como el dilema del prisionero, una vez se formaban equipos, los participantes tenían mayor probabilidad de ayudarse entre ellos y de sabotear a los contrincantes.


Por tanto, la oxitocina te hace más bondadoso a gente "como tú", pero te hace más cruel con "los otros". Ayuda a diferenciar y separar la humanidad en grupos como "Nosotros" y "Ellos". Un mundo donde se usase la oxitocina para modificar y "mejorar" los comportamientos... ¿Nos haría mejores personas? ¿O solo más fáciles de manipular? Seriamos más bondadosos con nuestros vecinos, cuidaríamos mejor a nuestras familias, y compraríamos cualquier chorrada cuando las tiendas empiecen a dispensar oxitocina. Pero solo ayudaría a aumentar estos comportamientos en aquellos que consideremos "Nosotros", y podría aumentar el etnocentrismo y la xenofobia al alejarnos más de "Ellos".


Visto así, la oxitocina puede asustar, pero tiene muchos beneficios y es esencial para los vínculos entre parejas y padres/hijos. Aparte de estos vínculos, hay otros que pueden verse afectados por esta hormona. Durante la evolución de los caninos y los humanos, se han desarrollado una nueva respuesta a la oxitocina: cuando interactúan un perro y su dueño, los niveles de oxitocina aumentan. Y, por consiguiente, cuanto más tiempo pasen mirándose el uno al otro, más podrá aumentar. Después de asustaros con los negativos de esta hormona, un poco de amor incondicional de una mascota seguro que hace que todo se olvide.


Y a vosotros, ¿os ha cambiado la perspectiva sobre la oxitocina?


Timina


Referencias:


Behave: The Biology of Humans At Our Best and Worst. New York, New York: Penguin Press. Sapolsky, Robert M., Behave: The Biology of Humans At Our Best and Worst. New York, New York: Penguin Press, 2017.


Crespi BJ. Oxytocin, testosterone, and human social cognition. Biol Rev Camb Philos Soc. 2016 May;91(2):390-408. doi: 10.1111/brv.12175. Epub 2015 Jan 28. PMID: 25631363.


Association for Psychological Science. "The dark side of oxytocin." ScienceDaily. ScienceDaily, 2 August 2011. <www.sciencedaily.com/releases/2011/08/110801160306.htm>.


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