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Timina & Guanina

Acampando en el cerebro

¿Has sentido alguna vez mariposas en el estómago? ¿Sabías que tienen nombre? Se llaman oxitocina, vasopresina y dopamina. ¿Quieres descubrir qué ocurre en nuestro cuerpo cuando nos enamoramos? ¿Qué ocurre cuando esa personita especial decide acampar en nuestro cerebro y dar rienda suelta a estas mariposas?

Enamoramiento. Crédito Biopics (@biopicsl)

Tanto el amor materno como romántico son una experiencia gratificante. Ambos están ligados a la perpetuación de la especie y son de gran importancia para la evolución del ser humano. Recientemente, muchos neurobiólogos han comenzado a explorar las bases de este estado tan poderoso, excitante y estimulante, al que llamamos; AMOR. Aunque muchas personas piensen que sienten el amor en el corazón o hasta en el estómago, donde reside realmente es en el cerebro.


Del amor surgen sentimientos de euforia, excitación y felicidad que muchas veces somos incapaces de describir. Cuando una persona acampa en nuestro cerebro, es decir, cuando nos enamoramos, se activan ciertas áreas cerebrales: la ínsula medial, el cíngulo anterior, el hipocampo, el núcleo accumbens y otra serie de nombres raros difíciles de recordar. Estas zonas son ricas en receptores de dopamina, vasopresina y oxitocina (nuestras mariposas) y constituyen la parte principal del sistema de recompensa, que media en los estados de placer y bienestar.


Tras montar la tienda de campaña se empiezan a liberar muchas mariposas. Una de ellas, la dopamina, conocida como la hormona del placer, es una molécula asociada al deseo, la adicción y la euforia. La oxitocina y la vasopresina son hormonas que están relacionadas con los comportamientos sociales, los sentimientos, vínculos afectivos y la conducta parental. Se las conoce como la hormona de la confianza y de la empatía respectivamente.


Y, lo creáis o no, drogas, como la cocaína, producen una liberación de dopamina similar a la que se produce cuando nos enamoramos, así que la próxima vez que salgas de fiesta puedes probar a enamorarte 😉.

Cerebro enamorado. Crédito: James W. Lewis, West Virginia University y Jen Christiansen

La liberación de dopamina induce un estado de placer que parece estar involucrado no solo en las relaciones, sino también en el sexo. Durante el orgasmo, los niveles de vasopresina y oxitocina aumentan en hombres y mujeres, respectivamente. Estas sustancias químicas contribuyen a la sensación de fusión, cercanía y apego que se siente después de una relación sexual satisfactoria. Además, el aumento de dopamina está conectado con una disminución de serotonina. La serotonina es un neuromodulador ligado al apetito, al estado de ánimo. Una disminución similar se observa en el trastorno obsesivo compulsivo. Esta es la razón por la que tienes a esa personita especial acampando en tu cabeza las 24 horas de los 365 días al año.



Cuando nos enamoramos, se dice que vemos a la otra persona con buenos ojos, que todo es de color de rosa, en definitiva, que el amor es ciego. Detrás de esto se esconde un complejo mecanismo. Durante el enamoramiento se altera la actividad en áreas cerebrales tales como partes del lóbulo frontal, parietal y temporal (amígdala), relacionadas con la racionalidad y la planificación. También a estas regiones se asocian algunas emociones negativas tales como el miedo o los prejuicios. Un aumento de la actividad de las zonas que responden al amor, provoca la inactivación de estas otras áreas relacionadas con el juicio crítico que acabamos de mencionar. Esto podría explicar la aparente irracionalidad del amor. Por lo tanto, su inactivación tanto en el amor romántico como en el materno es de esperar, ya que el amor nos induce a ignorar muchos de los defectos de la otra persona. Es por eso que siempre serás la persona más guapa del mundo para tu madre.


El estado inicial de enamoramiento es transitorio. Dura un máximo de 3 años, después se presenta otro tipo de amor, esta etapa se denomina apego. Pero, la gran pregunta, ¿existe el amor a largo plazo? ¿Existe la acampada permanente? Esos cuentos de Disney que siempre acaban “Y vivieron felices y comieron perdices”... ¿Disney nos miente?


Bianca Acevedo, Doctora en UCSB, lideró una investigación sobre el amor a largo plazo. En este estudio las parejas que afirmaban continuar profundamente enamoradas de la otra persona tras aproximadamente 22 años de matrimonio, tenían activas algunas de esas áreas asociadas al amor. Por lo que podemos concluir que la pareja continúa en su campamento, encendiendo el camping gas para calentar el chocolate que endulzará cada una de sus noches.



P.D.: Una vez se ha instalado el enamorado en su tienda, este necesita un alimento diario: ¡Los besos! Id a leer el post anterior para saber más.



Timina y Guanina



Bibliografía:


Helen Fischer. (2008, Jul. 15) Helen Fischer studies the brain in love. Retrieved from https://www.youtube.com/watch?reload=9&v=OYfoGTIG7pY


Carter, C. S. (2017, December 22). The Oxytocin-Vasopressin Pathway in the Context of Love and Fear. Retrieved from https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29312146


Garza, I. (2010, April). Neurobiología del Amor. Retrieved from http://www.medigraphic.com/pdfs/residente/rr-2010/rr101b.pdf


Xu, X. (2017, July 19). What Goes On in Our Brains When We Are in Love? Retrieved from https://www.scientificamerican.com/article/what-goes-on-in-our-brains-when-we-are-in-love/


Mark Fischetti. (February 2011)."Your Brain in Love" in Scientific American 304, 2. Retrieved from https://www.scientificamerican.com/article/your-brain-in-love-graphsci/


Zeki, S. (2007, June 12). The Neurobiology of Love. Retrieved from https://ezproxy.si.unav.es:2083/science/article/pii/S0014579307004875


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