Seguramente habrás oído antes “trasplante sanguíneo”, “trasplante de órganos” o incluso “trasplante de pelo”, pero… ¿“trasplante de heces”? Desde luego, no deja indiferente a nadie. Antes de que pongáis cara de asco y os echéis las manos a la cabeza imaginando cosas, dejad que os explique de qué se trata.
Los microorganismos se pueden adaptar a vivir en todo tipo de hábitats. Por eso, no es raro que también hayan encontrado un hueco en nuestro tracto intestinal. Dentro de este grupo de microorganismos pueden encontrarse bacterias, hongos o incluso virus. Pero no alarmaros, solo por ser microorganismos no tienen por qué ser patógenos, es decir, no tienen por qué causarnos ningún tipo de enfermedad. Tampoco son espectadores pasivos como se pensaba hace años, sino que intervienen en la regulación y funcionamiento de nuestro organismo. Y es que tenemos que pensar que la microbiota intestinal no se trata de dos o tres bacterias perdidas por el intestino, sino que suponen hasta 1 kg del peso total de una persona adulta. Esta microbiota puede cambiar dependiendo del sexo, edad, dieta o algún tipo de enfermedades o tratamientos.
En los últimos años se está dando un aumento en el número de infecciones por una bacteria llamada Clostridium difficile, y, lo más alarmante, los tratamientos que se usaban para tratarla son cada vez menos efectivos. Aquí es dónde entra en juego el trasplante de heces, ya que se ha estudiado que se puede utilizar como tratamiento frente a estas infecciones. La forma de hacerlo, además, es bastante sencilla. Solo hay que buscar a donantes sanos (no tienen por qué ser familiares), y que ellos, muy amablemente, den parte de sus heces. Esa muestra se resuspende en agua o en solución salina lo antes posible (intentando no respirar por la nariz), se homogeniza y se filtra. Por último, esta se administra al enfermo mediante una colonoscopia.
No solo se trata de un tratamiento sencillo y barato, sino que por lo general también es muy seguro y da unos resultados muy buenos a corto y medio plazo. Sin embargo, no todo es de color de rosas; al tratarse de una técnica bastante novedosa aún hay mucho por investigar. Todavía no existe un protocolo estandarizado para hacer estos trasplantes. Tampoco se sabe muy bien cómo tiene que ser el donante perfecto; a día de hoy se les hacen pruebas generales y se busca que no tengan enfermedades que puedan transmitir a la persona que recibirá el trasplante. Además, al ser técnicas tan nuevas no se han podido ver aún los efectos a largo plazo.
Pero al ser un tratamiento tan interesante, los ensayos que se están llevando a cabo son muchos, y es solo cuestión de tiempo que sepamos más sobre ello.
Uracilo
Rodrigues de Santiago, E., Paredes, A. G. G., Aracil, C. F., Castro, L. A. & San Ramón, A. L. (2015) Trasplante de microbiota fecal: Indicadores, Metodología y Perspectivas futuras. Revista Argentina de colonoscopia, 26, 225-234.
Martínez-González, A. E. & Andreo-Martínez, P. (2020) Prebiotics, probiotics and fecal microbiota transplantation in autism: a systematic review. Revista psiquiatría y salud mental. 13, 150-164.
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