Si estás leyendo esto, puede que te suene de algo lo de "distancia social". O puede que lo hayas escuchado tanto que no quieras volver a oírlo. Y es que se trata de un término muy actual; sin embargo, los árboles nos llevan siglos de ventaja en este aspecto. El término correcto para referirnos a esta distancia social es "timidez de copa". Con ese nombre, puede que estés imaginando árboles sonrojados y un tanto nerviosos, pero nada más lejos de la realidad. Este fenómeno hace que las hojas y ramas de algunas especies de árboles limiten su crecimiento para no tocarse entre ellas. A raíz de este suceso, se crean formas muy interesantes en el dosel arbóreo.
Se ha visto que este fenómeno se da sobre todo en especies de las familias Pináceas y Fagáceas, como son el pino y roble europeo, así como en algunas especies tropicales. A día de hoy no se comprende del todo el mecanismo por el cual se da esta “timidez”, pero se barajan tres posibles hipótesis.
La primera fue la Hipótesis de la Fricción, que explica como en un día ventoso, las ramas de los árboles cercanos se rozan y se dañan. Como seguramente te estés imaginando, esto no es algo agradable ni beneficioso para los árboles. Así que para evitarlo, los árboles limitarían el crecimiento de sus ramas y hojas, creando una especie de "zona en blanco" entre ellos.
Pero algunos científicos no estaban muy convencidos con esta primera explicación, y exploraron otras posibilidades, lo que les condujo a la Hipótesis de la Alelopatía. Si no habíais escuchado esta palabra antes, dejadme cambiar eso. La alelopatía es cualquier efecto que una planta transmite a otra mediante la producción de distintos compuestos químicos. Los efectos que estos productos causan en la otra planta pueden ser tanto positivos como negativos. Resumiendo, esta hipótesis dice que las plantas se estarían comunicando entre ellas mediante señales químicas que liberarían al medio, como cuando nosotros mandamos un WhatsApp a un amigo. Estas señales luego serían captadas por las plantas de alrededor, que regularían su crecimiento para no tocarse. A día de hoy, esta idea es la más aceptada.
Pero, por si estas dos hipótesis no fueran suficientes, se ha barajado la posibilidad de que la timidez de copa se dé por otra razón, la Hipótesis de Fotorreceptores. Los fotorreceptores son los encargados de captar la información lumínica y existen hasta 3 tipos distintos (si te pica la curiosidad, déjalo en los comentarios y te contaremos más en otros posts). En conjunto, estos fotorreceptores van a avisar de si un árbol cercano está creciendo demasiado y va a hacerle sombra. En caso de que esto sucediera, los árboles pararían el crecimiento de sus ramas para que no se diera la zona de sombra, evitando así perder luz. Si resulta que esto lo hacen todos lo árboles de una zona, el resultado sería las formas tan extrañas que se ven en el dosel arbóreo.
Como puedes ver, aún no se conoce del todo el mecanismo detrás de este fenómeno. Además, ¡los misterios no acaban ahí! Tampoco se llega a entender del todo el sentido evolutivo de esta “timidez”. Puede ser que se dé para evitar el daño en las ramas y hojas por el rozamiento o para no crear sombras y, por tanto, poder utilizar la energía solar de forma más efectiva. O incluso para que larvas o insectos no puedan infectar tan fácilmente árboles cercanos, evitando así su propagación. Un solo fenómeno, pero que todavía encierra muchas incógnitas. ¿Y a ti, qué explicación te convence más?
Uracilo
REFERENCIAS:
Aguilar, J. M. E., Cabrera, N., Barrios, B. & Loeza, J. M. (2020). Wave effect and shyness phenomenon in homogeneous forests of Alnus acuminata. Madera y Bosques vol. 26, núm. 1, e2611939
Hallé, F. (2010) Arquitectura de los árboles. Université de Montpellier, Francia. ISSN 0373-580 X Bol. Soc. Argent. Bot. 45 (3-4): 405-418. 2010
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